Oficio en Peligro
Federico Guevara | 10 de Noviembre de 2023
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Oficio en Peligro...
Cómo han cambiado los tiempos, las estrategias y los métodos en la comunicación, pero sobre todo en las formas de interactuar a grado tal que todo se ha modificado y terminan por construir y consolidar grandes mentiras. No es que la manipulación e imposición de falsas verdades a medias no existieran, pero ahora con la inmediatez de las herramientas comunicacionales han permitido consolidar en poco tiempo las más falsas e interesantes matices con el fin de poner a la opinión pública al servicio del interés de quienes manejan la información. Lo peor es que quienes pregonan esa libertad de expresión son aquellos, en la mayoría de los casos, que extorsionan para imponer mentiras disfrazadas de verdad, una verdad inexistente. La primera gran herramienta fue el internet, apuntalado por las redes “sociales”, las cuales permiten desmovilizar, despersonalizar y alienar mientras convierte al sujeto en un ser desocializado y un gran consumidor de las mentiras, matrices y extorsiones que las redes le pueden proveer. Como segundo ingrediente de distorsión informativa están los mentados influencer´s, un sujeto viralizable por algunas acciones que le permiten permear sobre una masa voluble, acrítica, despolitizada y alienada.Quienes podían ser antes los referentes en determinados temas, ahora han sido sustituidos por unos nuevos gurús de la sociedad que terminan imponiendo la simplicidad, vulgaridad y mediocridad en la mayoría de los casos.
Nada es absoluto. Razón por la cual actualmente una mujer en atractivo conjunto de gimnasio tienen más seguidores que los médicos, el cantante de reggaetón recibe más me gusta que un investigador universitario y los que hacen las veces de “cómicos” son más seguidos que los especialistas en áreas de interés social. Y peor aún están los que hacen un uso arbitrario, segado y planificado de la comunicación, convirtiéndola tan solo en una simple herramienta, generando manipulación de hechos e informaciones. Quien diseña, (ojo no reportéa) decide que se informa, desestimando todo aquello que no es de interés de los factores de poder económico y político simplemente diseña el nivel de letalidad mediática que se necesita. El periodismo es, en romántica expresión, la última barrera de narración crítica y veraz entre el hecho y la sociedad. Para unos pocos es urgente desmontar la verdad e invisibilizarla con mentiras, banalidades y viralidad cercenadora de la crítica y, para eso, hay que deslegitimar al periodismo como oficio y entregar su ejercicio a “multiplicadores” aliados al poder y de venta expresa por poco más de 30 denarios. Parecería ser más una urgente necesidad de controlar a la masa y terminar con cualquier vestigio de pensamiento y creatividad, se presentan redes, influenciadores e inteligencia artificial como mecanismos de control de masas, estupidización y alienación…Como bien dijo Gabriel García Márquez, “a los demonios no hay que creerles ni cuando dicen la verdad”...Así las Cosas